martes, 15 de marzo de 2011

Erase una vez...

Erase una vez, hace mucho tiempo, un lugar donde el cielo era de un color puro azul, adornados con nubes de algodon; inmaculado y sin rastro de corrupción ni avaricia, sin humos negros ni ''agujeros''. Un cielo en el que se podía ver, al anochecer, las estrellas sin que ninguna otra luz las eclipsase, donde las constelaciones bailaban libres por el firmamento y la luna vestida con sus mejores galas, señora de la noche, paseaba por el cielo nocturno, contorneandose, feliz...

Un lugar donde habñia verdes prados interminables, vegetación frondosa que crecía allí donde quería; un lugar verde y hermosos, donde la naturaleza en su sabiduria creaba un paraje natural sin basura, sin agonizante y lenta muerte entre humos y residuos. Un lugar donde los arboles eran reyes y señores y no simple madera y candela. Un lugar donde los animales no temían, donde bailaban, jugaban y corrían a lo largo de la gran diversidad de paisajes... Valles extensos, frondosas selvas, bosques que deleitaban los sentidos, magestruosos desiertos, tundras heladas, lagos de agua cristalina... Un lugar de leyenda y olvidado, un lugar bello e insustituible.

Una costa arenosa, bordeada por un collar de rocas, limpia, donde el agua era azul y transparente, donde los peces nadaban sin preocupación. Donde las negras mareas de petroleo no se conocían y donde los reyes del mar eran animales y no artificios de metal. Un lugar donde bullia la vida, con arrecifes, estuarios, marismas, manglares... Un lugar donde el agua era pura y se batía con fuerza indomable. Un lugar donde las flores compartían su perfume, donde las primaveras eran una comunión de aromas y momento de vida, donde la diversidad de animales era innumerable, donde los bosques y selvas respiraban un aire impoluto, donde cada palmo de terreno era un tesoro, un lugar de belleza y valor incalculable; un lugar donde merecía la pena vivir, donde el respeto era la unica regla, donde el equilibrio y la armonia era la forma de vida...

Erase una vez un lugar llamado Tierra que murió por el egoismo, codicia e incultura de la raza humana.

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