lunes, 21 de diciembre de 2015

El valor de un sonrisa

Es curioso como no nos damos cuenta de cuanto puede valer un sonrisa. Quizá sea porque es tan facil regalarlas. Algo de lo que te desprendes con tanta soltura no puede valer mucho, pensaran. Sin embargo, existe un valor oculto en las sonrisas que no todos pueden ver. Yo atesoro sonrisas, algunas se ven, otras no. Algunas iluminan el rostro, radiantes, y otras, se encienden desde el corazón. Sin embargo, aun a veces, me cuesta ver el valor del gesto. Pues no todas las sonrisas son iguales. Sin embargo todas y cada una de ellas son valiosas a su manera. Pues una sonrisa, timida, alegre, discreta o exultante puede calentar el alma, puede ser contagiosa, puede removernos por dentro esos desconocidos que llamamos sentimientos y mostrarnos que, por muy oscuro que parezca, siempre el sol vuelve a lucir tarde o temprano.

Pero, en mi dilema, pienso. ¿Que sonrisas atesoro mas?. Hay muchas que recuerdo. Muchisimas. Demasiadas. Alguna tiradas como cualquier cosa que aproveche para recoger como un tesoro olvidado. Otras regaladas con sinceridad que guardo dentro, bien escondida, porque las quiero solo para mi. Y otras, solo intuidas, soñadas, como fantasmas detras de una pared, solo sentidas al otro lado de un cuadrado luminoso que abre las puertas a un mundo extraño pero libre. Esas, las guardo cerca del corazón, porque a menudo son las mas calidas de cuantas poseo. La sonrisa de mi madre, esa siempre la llevo conmigo. Las sonrisas de mis amigos, esas las tengo junto a las mias propias. Pero hay algunas que guardo con especial recelo. Las guardo también junto al corazón y las recuerdo a menudo. Son las sonrisas de aquellas personas que se empeñan en no ver.

Hay personas que, tal y como dijo mi buen profesores (La respuesta es PI, siempre es PI) "Que valen su peso en diamante". Es una buena frase. Ferpecta para mi proposito. Hay personas maravillosas por ahi. Si creedme. Cuesta dar con ellas y yo, por fortuna, ya he conocido a alguna de ellas. Pocas, demasiado pocas, pero es esperanzador saber que aun existen. Son personas encantadoras, dispuestas a ayudar a los demas y a dar un paso adelante cuando haya que darse. Son el exponente de la humanidad, o de lo que debería haber sido antes de que el poderoso Dios Dinero la pudriera. El mundo sería un lugar para vivir si tan solo hubiera mas personas asi. Pero, muchas de ellas, no pueden ver lo que son. No quieren ver que realmente son personas por la que merece la pena luchar. Son personas que merece la pena cuidar y tener a tu lado. Pero se empeñan en no ver, en no ver cuanto valen, y eso es triste. Por ello, la sonrisa de estas personas son, para mi, mi mayor tesoro. Pues hacer sonreis a una persona asi, una persona que lo ha pasado mal cuando lo que realmente merece es la felicidad. Poder hacer sonreir a alguien asi es devolver, aunque solo sea un poco, un pequeño grano de arena, algo de equilibrio a este pobre mundo.

Hacer sonreir a estas personas es hacer el mundo un lugar para vivir, no una parada mas en el viaje. Y ese, es el verdadero valor de una sonrisa.