domingo, 13 de marzo de 2011

Brisa de otoño.

Caminaba por un tapiz de hojas anaranjadas caidas de los arboles desnudos. Vaqueros, botas altas, chaqueta negra, pelo castaño revuelto y ojos oscuros y tristes. En su oido resonaba una canción con finos y precisos acordes de violin mezclados con una armonica melodia de piano, todo ello sazonado con el crujir de las hojas secas bajo sus pies. El chico caminaba ajeno a aquel lugar, sumido en sus pensamientos, en un lugar lejano; su propio mundo imperfecto, creado por el mismo, para alejarse de aquella realidad, una realidad demasiado oscura para aceptarla.

En el aire se podía respirar el perfume de la lluvia, la humedad, le hierba humeda, la corteza de los viejos arboles desnudos; el canto de los pajaros y el revoloteo de los insectos que se sumaba a la sinfonia melodica. El sol se asomaba entre las nubes, calentando suavemente el ambiente y bañando con rayos de esperanzas; la luz, la calma tras la tormenta. En un banco, una pareja de enamorados compartian caricias y susurros de cariño, besos robados y otros cedidos, bellas palabras de pasión, suspiros de encanto, sonrisas de timidez, complicidad y felicidad; miradas emotivas cargadas de deseo, gestos casuales de beneplacito entre uno y otro. Ambos sumidos en una burbuja en la que solo existia el yo y el tu, el nosotros.

Tambien personas disfrutando del dia haciendo footing o simplemente caminando. Personas jugueteando con sus mascotas, niños persiguiendose los unos a los otros, ancianos viendo como pasaba el tiempo y recordando mejores tiempos, tiempos pasados que siempre fueron mejores. Un rubio soñador con el corazón roto por amor, una chica atenta a los libros y los apuntes, un grupo de skaters y algún que otra familia de picnic. El chico que caminaba despació y con ojos tristes chocó con una chica, pelo castaño recogido en una coleta, ojos marrones expresivos, camiseta blanca, falda vaquera y chaqueta de la misma tela. La chica sonrió y gesticuló una palabras que el chico no fue capaz de oir por sus auriculares, avanzando pequeños pasos de espalda hasta volverse y continuar su camino. Una pequeña sonrisá asomo en el rostro del chico, antes de seguir su caminar pero, sin duda, jamas olvidará a esa chica, como una brisa de otoño.

4 comentarios:

  1. Tío, tengo que decirte, que seas lo que seas triunfarás, yo intentaré hacer textos que se asemejen a los tuyos, eres un máquina, mis felicitaciones

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  2. XD Gracias Angel, pero tu sabes que en poesia no te igualo y en los textos estamos parejos xD

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  3. jajajajajaja ¿sonrisá despació? Chaveeeesss!!!!!!!!! las tildes!!!!! a las que se las tienes que poner no se las pones y a las que no sí, desde luego no te entiendo se lo voy a decir a GONZALO jajaja que gracia sonrisá xDDD
    espero que haya sido un fallo técnico porque sino es para matarte vaya. Bueno respecto a la entrada está muuy bien me gusta, estás inspirado por lo que veo, y se nota que no te gusta nuestro mundo...pero bueno hay que mirarle su parte buena que la tendrá..

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  4. ¬,.,¬ Las tildes son cosas del teclado. Y si... estoy pensando en algunas partes buenas del mundo. *Cara de mejor no saber en qué está pensando*

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