Cada día este pequeño placer que es la lectura se ve un poco más ahogado y olvidado en un mar de internet, peliculas, videojuegos... Más y más modernidad, velocidad; no tenemos tiempo para sentarnos y relajarnos bajo un arbol, abrir un libro y sumergirnos en un universo diferente con aventuras, misterios, sabiduria y placer. Aunque no me extraña, a veces dudo de si la juventud que se está formando siquiera sabe leer; ¿Acaso tienen paciencia?, sin embargo este no es el tema en el que quiero centrarme. La autentica barrera que separa el placer de la lectura de muchas personas es, ni más ni menos, que no encuentran motivo alguno para leer.
¿Por qué leo yo?. Sencillo. Porque cuando este mundo sucio y oscuro se vuelve demasiado pesado y asfixiante, ¿A donde más puedo ir?, los libros son mi refugio, otros mundos donde esconderme, donde descansar y recobrar fuerzas durante algún tiempo. Cuando me canso de intentar cambiar el mundo son mi santuario en el que meditar, pensar, reflexionar y volver con más fuerza que nunca. No solo son paginas y paginas, grupos de palabras y letras que moldean una historia. ¡No!. Es algo más. Tu también formas parte de esta historia, te embriagas de sus paisajes, sus aromas, sus vistas. Bosques frondosos y exuberantes, selvas exoticas, misteriosos desiertos, prosperas urbes con su monotona y ajetreada vida. Paraisos subacuaticos, antiguas ruinas y un sinfin más.
Sus personajes, personajes de los que nos encariñamos, con los que compartimos sus aventuras, por los que tememos y con los que reimos. Personajes a los que extraño cuando termino un libro y lo cierro. Una historia que acaba pero que, por suerte, siempre estará allí cuando la necesite.
Yo leo.
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