Bueno, voy a empezar por el principio. Me levanté a las 8:00, yo esperan que no hubiese nadie levantado para estar tranquilo un rato, llego al comedor y allí estaban mi padre, mi madre y mis abuelos, una reunión familiar a traición. Después de una hora insistiendo en que tenia que terminar de hacer la maleta y desayunar por fin me dejaron libre, desayuno, unas cuantas magdalenas, y empiezo ha hacer la maleta. A eso que llega mi madre y lo primero que me dice es:
-¡Adri!, ¿llevas condones?-
Que me quedo yo:
-Mama… que me voy con el instituto ¿eh?, que voy de excursión no de turismo sexual.-
Total, que después de esa importantísima charla con mi madre, ya son las 9:30 y mi padre se queda dormido en el sofá. Después de 10 minutos intentando despertarlo por fin salimos hacia San Roque. Cuando llegamos a la parada, no había nadie, yo preocupado llamo a Ángel y lo que me dice es lo siguiente:
-Kiyo, date la vuelta.-
Al darme la vuelta los encuentro a todos en la parada, a cinco metros más hacia allá. Estuvimos charlando unos minutos mientras empezaba a llegar la gente, hicimos planes sobre como podíamos colar a algunos colegas en el autobús aunque finalmente desechamos la idea y ya porfin nos montamos en el autobús. ¡Siete horas en autobús!, las primeras horas fueron bien, muchos dormían mientras otros se dedicaban a hacerle perrerías y fotos, otros charlaban y escuchaban músicas y yo leía. No se que tiene los autobuses que te pongas como te pongas no hay manera de leer a gusto, los asientos están demasiado juntos, si te pones de lado se te clava el marco de la ventana, si te pones el libro en las rodillas te empieza a doler la espalda… total, que cuando por fin encuentras una posición ‘’cómoda’’, por llamarla de algún modo, el autobús se para y bajamos todos a refrescarnos, comer, y hacer nuestras necesidades. Un rato después, tras haber comprado algunas chucherías y haber tomado el aire, volvimos al autobús. Volví a realizar el laborioso trabajo de tomar una posición cómoda y seguí con mi lectura. Después de cinco horas y media de viaje yo pensaba:
-Me suicido, no me tiro delante del autobús porque va tan lento que vuelca y me los cargo a todos, pero me suicido.-
Total, que llegó el momento de la segunda parada, entramos en un bar y me comí con Ángel un bocadillo de calamares que eso tenia que ser un pecado por huevos. Charlamos durante media hora mientras los profesores, tranquilamente (MUY TRANQUILAMENTE) comían un plato de callos o algo parecido. Estuvimos hablando sobre las alegres y halagüeñas noticias del telediario, que cuando no había un ahogado por allí, había un tiroteo por allá… en fin, así va el mundo.
De vuelta al autobús, ya queda menos y eso se nota, todo el mundo empieza a armar escándalo.
-¿¡FALTA MUCHO!? ¡MIRA UN BAMBI!, es un ciervo, ¡NO HAY COBERTURA!, ¡POS YO TENGO TRES RAYITAS!, ¡YO UNA!, ¡YO SOY MOVISTAR!, ¿¡TODAVIA FALTA MUCHO!?-
Y por fin, comienza a vislumbrarse Granadilla, al principio un montón de árboles, esa carretera que parecía que a los obreros se les habían olvidado un cacho, llena de baches y medio destrozada, y al final, nos plantamos antes los muros de Granadilla.
Lo primero que vimos, además del muro y el castillo, fue esa enorme cuesta de entrada, y echándole coraje, subimos. Estuvimos esperando casi media hora a que llegaran los compañeros de Salamanca y cuando por fin llegaron se repartieron las casas. A Ángel, José David y a mi nos tocó la casa del Tío Molina, junto a otros chicos de Salamanca y Madrid, nos fuimos a la casa, que nos equivocamos y nos metimos en otra casa, en la habitación del profesor Juan, y nos instalamos en nuestra habitación.
Hubo una reunión, a la cual llegamos tarde como no podía ser de otro modo, y luego fuimos al comedor. Afortunadamente me toco a mi y al resto del grupo seis ocuparnos de las labores del pueblo, que aquella noche solo consistía en servir la cena; cenamos y volvimos a nuestra habitación. ¿Qué es lo primero que hicimos? Montar una discoteca por supuesto, primero tocó Ángel y Damian y después pusimos música de un mp3. De un momento a otro eso se lleno de gente… Parecía que estaba todo el pueblo metido en el pasillo de la casa, al cabo de un rato, un grupo bajamos al salón de abajo y charlamos.
Entonces hicieron la pregunta más insólita que jamás he escuchado:
-¿Alguien cuenta monólogos?-
Yo en aquel momento puse pies en polvorosa e intente quitarme de en medio, pero ya casi cuando llegué a la puerta, alguien dijo a mi espalda:
-Aquel cuenta monólogos.-
Supuse que estaba señalando hacia mi y entonces dos pares de brazos me cogieron y me subieron en lo alto de la mesa. Cuando vi tantas caras observándome, era la primera vez que actuaba para un público tan numeroso, pensé:
-Chaves… Cagate en los muertos del que te ha delatado y échale coraje.-
Por suerte recordé uno de los monólogos de la Paramount, y todo el mundo rió, Ángel con su forma tan peculiar. Después de eso, el profesor echó a todos y nos fuimos a dormir.
A las ocho de la mañana, sin previo aviso, el altavoz de la planta baja de la casa empezó a berrear, nadie se levanto hasta que empezó a sonar la canción de ‘’fiesta pagana’’, momento en que Ángel comenzó a dar botes por toda la habitación que yo estuve a punto de llamar a un cura creyendo que estaba poseído. Nos vestimos y acicalamos y a las 8:30 estábamos en el comedor, después de bajar esa mortal cuesta, listos para desayunar. Desayunamos y nos fuimos a los oficios, primer día albañilería, en un principio era una tarea fácil, consistía en arreglar una pared con cemento, nosotros poníamos el cemento, pero el no quería quedarse en la pared por lo que después de 10 minutos había mas cemento en el suelo que en la carreta. Después de varias horas arreglando la pared, cortando madera y quemando los trozos inútiles, además de saltar por encima de la hoguera, gracia que me costo las pestañas, terminamos y como buenos albañiles nos comimos un bocadillo.
Tras este refrigerio, fuimos a los talleres, yo me cambié con Alejandro Amor porque quería estar con la novia y me fui al taller de salud, donde hablamos sobre la salud e hicimos una especia de juego en el que el monitor representaba el papel de narcotraficante, dos de los alumnos el de camellos y el resto el de enganchado, ¿Para que servia esto? Pues no lo se.
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